Teatro  La Golondrina

El trabajo del actor consiste en poner de manifiesto aquello que se halla oculto, de modo que lo velado cobre su verdadera dimensión. A veces necesita la ayuda de la palabra, otras de un gesto sutil, de una acción física, un grito, un objeto, de un recuerdo, un haz de luz, una nota musical, o incluso de una pausa, y del mismo silencio.
Para ello el actor cuenta con un elemento vital, su alma; en ella anidan sus vivencias y sus sueños, de ella proceden sus más profundas pasiones y emociones; ella es, cuando el trabajo ha sido hecho, la que verdaderamente encarna en el personaje dándole vida.
Aquí es donde centramos nuestra atención a la hora de construir un personaje, en ese mundo interior que debemos desplegar en su riqueza y complejidad, valiéndonos de todo aquello que tenemos a nuestro alcance para lograr plasmarlo con sencillez y verdad.

Y el actor tiene su cuerpo, su voz, sus recuerdos y experiencias, y ese maravilloso elemento que es el lenguaje, la palabra.

Abordaremos entonces todos los aspectos esenciales de la actuación, desde la interpretación de un texto a la plasticidad corporal, desde la memoria emotiva al manejo de la voz y el decir, contemplando también la dinámica de la acción teatral y todos aquellos elementos que entran en juego en el espacio escénico.

Trabajaremos en talleres grupales, y en las etapas del proceso de desarrollo artístico abordaremos poemas, monólogos, relatos, escenas y obras; según las necesidades de cada persona iremos estableciendo el plan de trabajo y los ejercicios a seguir para ayudar a perfeccionar la técnica teatral.   

Referiremos nuestros trabajos a experiencias propias, a la par que investigaremos también los aportes que han hecho maestros como Stanislavsky, Grotowski o Strasberg al desarrollo de la actuación.